minerva-neptune-halleAna Goiricelaya es madre de un joven de 19 años, con TEA. Presidenta de Teadir Euskadi. Enfermera en Osakidetza – SVS

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Es mi deseo mostrar mi apoyo y adhesión al manifiesto de Minerva, y lo hago así porque me atañe desde tres vertientes.

La primera razón que me mueve a hacerlo es desde la perspectiva emocional, pues como madre de un joven genio, que trasciende nuestra lógica y deambula en un universo alternativo al que algunos autores han dado en llamar TEA, considero que una sanidad pública debe ofrecer al ciudadano una asistencia global, teniendo en cuenta las diferentes alternativas de tratamiento para que, aconsejados y acompañados por los profesionales podamos, partiendo desde una información pertinente, veraz y seria, elegir la opción de tratamiento que nos parezca más adecuada, ya sea para nosotros mismos o para nuestros hijos.

En segundo lugar, como enfermera en Osakidetza-SVS me veo casi en la obligación de apoyar este manifiesto ya que se pone en tela de juicio la capacidad de cada profesional para aplicar sus conocimientos en su trabajo. De todos es sabido que en la relación paciente-profesional hay un componente intangible, y por ello mismo inmensurable que va más allá de la propia ciencia. Empezamos quitando la voz del autista y su terapeuta, imponiendo un modelo único de tratamiento. ¿Cuánto se tardará en quitar la voz de otros pacientes y profesionales? ¿Tendré que esperar para aplicar un procedimiento a que los políticos de turno elijan al azar, o no tan al azar, un modelo único de tratamiento? ¿De que me sirve como profesional mi formación continua y mi esfuerzo por superarme, dando una calidad asistencial humana, de persona a persona, si el resultado no se puede medir ni cuantificar en una estadística? ¿También pedirán que los políticos legislen para que los cirujanos operen con una misma técnica quirúrgica? ¿Pedirán que los políticos legislen para que se utilice el mismo fármaco en el mismo diagnóstico? Vamos a ser serios.

En tercer lugar, de una manera que queda vinculada tanto por mi condición de madre como de enfermera, me adhiero al Manifiesto de Minerva como Presidenta de Teadir Euskadi, asociación de madres, padres y personas comprometidas con el autismo. Desde nuestra asociación no podemos pasar por alto este despropósito, cuando vemos en el día a día a familias que llegan perdidas, buscando algo sin saber muy bien qué. Con desconocimiento ante las diferentes alternativas de terapia, pero teniendo muy claro que no quieren ser terapeutas a tiempo parcial, sino padres y madres a tiempo completo.
Sin olvidar el abuso que desde las propias instituciones educativas se hace de lo llamado científico,  reduciendo a anecdótica reseña las terapias basadas en el psicoanálisis, y contribuyendo con ello a desdibujar lo humano, aplastando lo individual, arrasando lo singular en pro de un incierto saber científico.

Afectuosamente

Ana