Por Yolanda Sarsa y Pilar Lopez de la Garma.
«Para empezar, nos parece fundamental propiciar un buen encuentro de los niños con la institución, lo que hace imprescindible atender y acoger la particularidad de cada uno de ellos. Aunque trabajamos con los niños en grupos, nos esforzamos en hacerlo caso por caso adaptándonos a cada niño. Como dice Alexandre Stevens a propósito de Courtil: “se trata de fabricar una institución para cada sujeto”. Con otras palabras, que acuñamos hace tiempo: no es el niño quien ha de adaptarse a la institución sino la institución la que ha de adaptarse al niño. Nos pensamos, así pues, como una institución de “geometría variable”, en la que podemos cambiar ritmos, horarios o composición de los grupos, entre otras cosas, para adecuarnos al niño que así lo necesite».