Conferencia de apertura del Forum sobre Autismo: “Lo que la evaluación silencia. Un caso urgente: el autismo”. Ha salido publicada recientemente junto con otros textos, en el apartado: Homenaje a Judith Miller, de la Revista Freudiana 82, que estará en la librería del Foro. 

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Son las 10 en punto.

Debemos empezar ya que tenemos un programa cargado.

Seré breve, creo que este Forum demuestra ya que somos numerosos en asumir la responsabilidad que es hoy la de cada uno.

Recordaba hace poco ante la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (ELP) la fórmula de Pascal: “Estamos embarcados.” Estamos en el siglo XXI en un mundo en el que apostamos que es posible escapar a la barbarie cuyo régimen de la evaluación nos amenaza.

Este régimen saca a relucir una misma felicidad para todos, con la condición, que permanece como tácita, que cada uno consienta a ponerse en vereda con lo que la evaluación exige. La máquina social marchará bien si los granos de arena que pueden hacerla chirriar son eliminados. Saca así a relucir el espejismo de una sociedad en la que todos se bañan en el aceite de una misma felicidad, la del productor – consumidor ideal, es decir, dócil a las leyes del mercado mundial. El resultado actual de esta carrera es elocuente: la crisis.

Sin embargo, a los partidarios de la evaluación eso es algo que no les hace vacilar, perseveran en los mismos cálculos supuestamente científicos, lejos de preguntarse si están bien fundados, puestos en cuestión como están por el desastre financiero que han inducido. Los evaluadores no por ello preconizan menos la multiplicación de las medidas administrativas, calificadas como reguladoras y apropiadas para evitar la catástrofe que roza el sistema al que sirven.

Hemos escogido en este Forum ilustrar la impostura de este sistema con el ejemplo de la manera que tiene como objetivo imponer el tratamiento de aquellos a los que coloca en la categoría de “autistas”. Dicha categoría, como ustedes saben, como todas las que inventa este sistema está vacía de toda pertinencia: ahora son miles los niños que se encuentran y se encontrarán etiquetados de “Trastorno Generalizado de la Conducta.”

Nuestra elección responde a una coyuntura, que no es contingente: España y alguna de sus comunidades consideran la posibilidad de promover al rango de “buenas prácticas” a los métodos cognitivo-comportamentales para tratar el autismo. Precisamente el autismo es una forma clínica del sujeto particularmente demostrativa para la clínica psicoanalítica, que ha dado pruebas con ella de su efectividad.

Estamos ante una doble paradoja.

Una es el privilegio de esta forma clínica que responde al hecho que los sujetos autistas son seres que hablan y son hablados, seres que han hecho la elección de rechazar su inmersión en el baño de lenguaje, y que no por ello dejan menos de ser sujetos, por muy profundo que sea el sufrimiento que engendra para ellos su elección. La otra es coyuntural: hay medidas  administrativas que querrían suprimir del abanico de prácticas admitidas en las instituciones el tratamiento psicoanalítico allí mismo donde ha demostrado su validez.

La evaluación preconiza los métodos que desconocen la elección paradójica de los sujetos autistas y opta por protocolos de aprendizaje dirigidos a obtener por las buenas o por las malas, que el autista hable y presente un comportamiento aceptable a los ojos de las normas sociales, sin tener en cuenta lo real, – es decir, lo imposible al que el sujeto autista está  confrontado-, ni las consecuencias que siguen para él, su sufrimiento pero también sus invenciones, las soluciones que encuentra para soportarlo. Las que un clínico digno de este nombre puede situar y en las que toma apoyo para permitir al sujeto autista que se inscriba en un vínculo social tolerable, tanto para él como para los otros.

No hay nada en común entre la práctica de un clínico tal y la de un adiestrador que condiciona el comportamiento de su cliente sin tener en cuenta su deseo, imponiéndole entonces sus exigentes demandas, por eficaces que sean a veces.

Nos encontramos así con lo más vivo del tema de este Forum.

Lo real de nuestra actualidad nos confronta a una elección, una elección que me parece una elección de civilización. O bien pisarle los talones a la barbarie evaluadora y a sus corolarios, el cientificismo y el managering, o bien seguir la lección de Freud y Lacan para tratar el malestar intrínseco a cualquier forma de civilización, y que responde al hecho de que el cuerpo del ser vivo humano está atravesado por el lenguaje.

Llamo “barbarie”, con Léo Strauss y Jean-Claude Milner, a una civilización que quiere cerrar las puertas a cualquier manifestación de la singularidad de los seres hablantes, de su inventiva, de su creatividad, en una palabra, de su poesía. El psicoanálisis, la ciencia, el arte y sus historias respectivas nos invitan a ello a cada uno de nosotros.

Me alegro de la presencia de ustedes y se la agradezco, uno por uno.

 

*Amplia reseña sobre este evento en:- http://foroautismo.blogspot.com.es/2010/06/resena-del-forum-lo-que-la-evaluacion.html

– http//foroautismo.blogspot.com/

www.foroautismo.com

– Lucia D’Angelo, en “El Debate de la ELP”, Nueva serie, 24 de junio de 2010 (54), editado por M. Davidovich. (Disponible en Internet).