«Hay algunos chicos que por el tipo de síntomas que presentan no pueden sostener sus estudios, a pesar de tratarse de chicos que uno puede suponer que son inteligentes o que lo demuestran directamente, pero que a pesar de una alta capacidad, no pueden sostener un itinerario escolar y fracasan en los estudios.
Entonces este tipo de casos, muchas veces quedan en una situación más complicada, porque inmediatamente quedan del lado de los sujetos considerados retrasados, o considerados deficientes.
Al tratarlos como sujetos que padecen de algún tipo de retraso en el desarrollo de sus competencias lo que hacemos es ser completamente sordos a esta dimensión de sufrimiento.
Es cuando se habla del autismo como un retraso neurológico y no de una psicopatología. Vemos que esta dimensión subjetiva no es tenida en cuenta. Eso los empuja a estos sujetos, o los deja en una gran soledad, aunque estén muy bien atendidos.»